Propuesta postdoctoral investigará falla geológica en la región de Coquimbo

Proyecto entregará información valiosa para las autoridades, quienes podrán tomar decisiones de planificación territorial para la región de Coquimbo. El trabajo no solamente es novedoso por su objeto de estudio, sino también por los caminos que transitará para lograrlo, uniendo a geólogos y geofísicos.

Dentro de los 47 proyectos adjudicados a la Universidad de Chile en el último Concurso Fondecyt de Postdoctorado 2024, destaca la propuesta del Dr. José González-Alfaro, investigador del Departamento de Geología U. de Chile .

Gracias al financiamiento público, el Dr. González-Alfaro podrá desarrollar el proyecto "Descifrando la microsismicidad reciente de la Falla Puerto Aldea, Región de Coquimbo: evaluación del peligro sísmico a lo largo del sector costero de La Serena-Tongoy", destinado a conocer los detalles de los sistemas de falla ubicados al sur de la bahía de Tongoy, con especial atención en la Falla Puerto Aldea, la estructura geológica más importante de este sector costero.

El proyecto es patrocinado por el Departamento de Geofísica de la U. de Chile y es importante porque entregará información valiosa para las autoridades, quienes podrán tomar decisiones de planificación territorial para la región de Coquimbo.

En un plazo de tres años, el equipo investigador reunirá evidencia geológica e información sísmica para elaborar un modelo tridimensional de las fallas presentes en el área de estudio y construir un mapa de aceleración sísmica que quedará disponible para realizar gestión territorial.

Perfil de la zona de estudio

La Falla Puerto Aldea se ubica al sur de la bahía de Tongoy y se proyecta a lo largo de al menos 60 km en sentido norte-sur, desde la localidad costera de Puerto Aldea hasta la altura del río Limarí. Corre paralela a la costa, presenta una cinemática extensional y convive con otros sistemas de falla de menor tamaño ubicadas hacia el este y oeste de esta falla principal.

El clima semiárido presente en la zona, imperante desde hace al menos 2,5 millones de años, con bajas precipitaciones y baja erosión del terreno, ha preservado ciertos rasgos geomorfológicos que se asocian directamente a la actividad de la falla, lo que termina siendo un elemento clave en la investigación. "En ambientes más lluviosos estos rasgos podrían ser difíciles de reconocer e incluso perderse completamente", dice el investigador, por lo que el clima presenta un entorno ideal para hacer el trabajo.

Aunque esta zona del país cuenta con un interesante historial de actividad sísmica por subducción (con eventos registrados en 1730, 1943 y el recordado terremoto del 16 de septiembre de 2015), la evidencia de terremotos corticales en fallas activas es un poco más difusa, con rupturas que han ocurrido a lo largo del periodo Cuaternario.

Investigar la relación entre los procesos de subducción y las fallas activas es algo relevante para los fines de este proyecto, dado que la energía generada por la interacción de las placas tectónicas podría transferirse hacia las fallas geológicas presentes en la corteza superior de esta zona del país.

En ese contexto, la Falla Puerto Aldea es una estructura geológica de importancia en la Región de Coquimbo, ya que podría estar recibiendo energía proveniente de terremotos de subducción (como el de Illapel, de 2015), tal como se ha descrito en otras zonas del país (un trabajo en la zona de Pichilemu llegó a estas mismas conclusiones en 2011).

"Esto denota la importancia de comprender mejor cómo se vinculan los procesos profundos que ocurren en el contacto de interplacas con la deformación más superficial que ocurre en la corteza continental", dice el investigador.

Trabajo interdisciplinario

El trabajo no solamente es novedoso por su objeto de estudio, sino también por los caminos que transitará para lograrlo, uniendo a geólogos y geofísicos.

El equipo de trabajo será liderado por el Dr. José González-Alfaro (Geología U. de Chile) y contará con la colaboración del Dr. Sergio Ruiz (investigador patrocinante; Geofísica U. de Chile), Dr. Bertrand Potin (Geofísica U. de Chile), Dr. Felipe Leyton (Centro Sismológico Nacional), Dr. Gabriel Easton (Geología U. de Chile), Dr. Francisco Pastén (U. Católica del Maule) y Dra. Cristina Ortega (U. Mayor), entre otros.

La propuesta surgió en 2022 tras un monitoreo realizado en la Falla Puerto Aldea con instrumentos sismológicos del Departamento de Geofísica de la U. de Chile. En siete meses de trabajo, el equipo científico detectó movimientos sísmicos imperceptibles a escala humana (inferiores a 3,0) pero significativos como objeto de investigación.

Este trabajo es importante porque permitirá reunir las visiones que, por lo general, son de largo plazo para la geología, la cual analiza los procesos de deformación terrestre en una escala de miles a millones de años, con la geofísica, específicamente con la sismología, la cual tiene usualmente una perspectiva "a escala humana" de los procesos sísmicos de nuestro planeta.

Mientras los primeros aportarán mapas, observaciones de terreno y su "ojo clínico" para reconocer la evidencia tectónica, los geofísicos aportarán datos sísmicos e instrumentación para, en su conjunto, realizar un modelo tridimensional de la zona.

Uno de los grandes desafíos de este proyecto se relaciona con los datos de sismicidad, ya que gran parte de la información sísmica de la zona no está localizada espacialmente, es decir, se desconoce el lugar exacto donde se originó. Pero gracias a la inteligencia artificial (IA), el equipo investigador espera relocalizar el lugar de ocurrencia de los sismos para conocer su hipocentro exacto.

"En los últimos años ha habido mayor colaboración entre geología y geofísica. Con este proyecto continuamos con una tradición de trabajo holístico en ciencias de la Tierra que esperamos sea muy fructífero", dice el investigador.

Ciencia para la planificación territorial

Las fallas geológicas son elementos de peligro para la población, lo que ha motivado a diversos grupos de investigación a estudiar sus características y ofrecer evidencia para mejorar las herramientas de planificación territorial.

Hasta el momento, se han identificado en nuestro país más de 900 fallas activas, siendo la Falla San Ramón la más relevante desde el punto de vista público, debido a los casi dos millones de personas que viven sobre ella.

Pero además podemos mencionar las fallas Cariño Botado, Liquiñe-Ofqui, Mejillones, Pichilemu, entre otras. El proyecto en la Falla Puerto Aldea puede proporcionar valiosa información para las autoridades y la comunidad.

Publicado el miércoles 17 de enero de 2024