De los 92 sistemas volcánicos considerados geológicamente activos en Chile, el volcán Villarrica ocupa el primer lugar del ranking.
Es un sistema volcánico Nivel I, con un grado "muy alto" de riesgo específico, un macizo con erupciones históricas importantes y con un relevante número de población expuesta al peligro volcánico. En este nivel también se encuentran los volcanes Llaima, Calbuco, Nevados de Chillán, Puyehue-Cordón Caulle, Osorno, Mocho Choshuenco, Antuco, Carrán Los Venados, Cerro Azul-Quizapu, Chaitén, Lonquimay, Hudson y Lascar (más información acá).
En los últimos 500 años, el Villarrica registra cincuenta erupciones, seis de ellas concentradas en 1908, 1948-49, 1963, 1971, 1984-85 y 2015.
Visto en perspectiva geológica, el volcán Villarrica actúa como ha actuado siempre desde hace 650 mil años atrás. Haciendo una revisión histórica, este es el registro de erupciones del Villarrica desde 1908 a la fecha:
De todos los eventos anteriores, las erupciones de 1948 y 1971 han sido los más trágicos que se recuerden, con un saldo de decenas de desaparecidos y muertos. La erupción del '71, por ejemplo, comenzó en el mes de octubre con pequeños flujos de lava y culminó el 29-30 de diciembre con un evento mayor.
Más hacia atrás en la historia, el evento de 1948 comenzó en el mes de abril y finalizó el 18 de octubre de ese año con una explosión que provocó una de las mayores catástrofes que hayan afectado a la zona. Documentos de la época describen "el deshielo de las nieves eternas y la formación de aludes por todo el contorno del volcán".
No es posible determinar si habrá o no una erupción volcánica. No existen los instrumentos para hacer un pronóstico de este tipo. Por lo pronto, los académicos del Departamento de Geología U. de Chile prefieren apuntar a la adecuada coordinación entre organismos técnicos y científicos, al autocuidado de las personas y la atención en aquellos factores de riesgo en las inmediaciones del volcán. Las erupciones son eventos de baja probabilidad, pero con consecuencias importantes, por lo que conviene prestar atención a las fuentes oficiales, como la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin.
De todas formas, es importante señalar que la población está bastante más preparada respecto a las generaciones anteriores. La memoria histórica y la geología de nuestro país ha hecho su parte, recordándonos, de tiempo en tiempo, la importancia de mantener conciencia sobre los peligros naturales.
A esto se suman las campañas de difusión y comunicación desarrollados por organismos públicos y centros de investigación, como el Programa de Reducción de Riesgos y Desastres de la Universidad de Chile (CITRID), el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA), las actividades de divulgación del Sernagomin, Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), entre otros.
Publicado el jueves 11 de julio de 2024